La silla vacía

La silla vacía es una de las técnicas más famosas de la psicoterapia Gestalt. Consiste en colocar una silla enfrente del paciente, y en ella se sitúa a cualquier persona de su vida con la que tenga alguna situación inconclusa. Se puede poner frente a nosotros a un familiar, un compañero, un jefe o una pareja, en fin, cualquier persona con la que tengamos algún conflicto o algún sentimiento no expresado. 

Sirve para poder decirle lo que sentimos a esa persona, para poder recrear la situación empleando toda nuestro ser, así nuestro cuerpo vuelve a actuar como lo hizo en el momento en que sucedieron los eventos. Si se esta enojado, triste o con cualquier otra emoción este sentimiento se volverá a sentir y nuestro cuerpo reaccionara como lo hizo en ese preciso momento; sentiremos las mismas tensiones, malestares e incomodidades, lo que nos otorga la oportunidad de hacer consciente lo que nos sucede en ese preciso momento, lo que estamos pensando, haciendo y sintiendo, para poder cambiarlo por algo que nos funcione mejor.
En la silla vacía se puede poner frente a nosotros a cualquier persona con la que tengamos algún conflicto o algún sentimiento no expresado, para poder decírselo y posteriormente entender a esa persona y las circunstancias por las que, tanto ella como nosotros, actuamos como lo hicimos en ese momento.
Así el paciente llega a poder comprender lo sucedido y cierra la situación que estaba inconclusa dentro de él afectándolo desde el momento en que sucedieron esas circunstancias hasta el momento actual. Esto permite dejar de proyectar en situaciones que nos parecen similares y nos recuerdan esa situación o a esa persona con la que tuvimos el conflicto.
Es una técnica maravillosa que nos permite vivenciar una situación y no sólo estar en la razón, lo que tiene la ventaja de que podemos poner en práctica, de forma inmediata, todo lo aprendido en la sesión terapéutica.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Ciclo de Autorregulación del organísmo

Los asuntos inconclusos